Chidambaram · Rameswaram · Sri Premananda Ashram · Tiruchirappalli · Tiruvannamalai
En este peregrinaje por el estado sureño de Tamil Nadu combinaremos la visita a lugares sagrados de la tradición hindú con el aprendizaje de las bases filosóficas y metafísicas del Yoga desde una perspectiva experiencial.
Tamil Nadu posee una tremenda tradición devocional y filosófica encarnada en los 18 siddhars o “sabios perfeccionados”, de los cuales Patañjali, el transmisor clásico del Yoga y autor de los Yoga Sūtras, es uno de ellos. En nuestra peregrinación conoceremos la poco estudiada relación de Patañjali con Śiva Naṭarāja, el aspecto danzante de lo Supremo, y seguiremos pistas locales hasta dos templos hindúes que dicen albergar el samādhi (o tumba) del cuerpo físico de Patañjali.
Al tiempo que nos impregnamos de la energía y de la presencia sutil de Patañjali en el terreno, estudiaremos diariamente su gran obra, el texto clásico que sistematiza las enseñanzas yóguicas como base de la meditación y que representa la cúspide de una larga evolución en la práctica de la interiorización y la autoindagación mental. Cada día tendremos sesión de filosofía hindú, profundizando en la cosmología Sāṁkhya, en los Yoga Sūtras y en los antiguos comentarios hindúes más autoritativos.
La fecha elegida para la peregrinación incluye Mahaśivarātri, “la gran noche en honor a Śiva”, el dios patrono de los yoguis, que justamente en Tamil Nadu se manifiesta de diversas y potentes formas: como la montaña de fuego en Tiruvannamalai, como el bailarín cósmico en Chidambaram, como el śivaliṅgam de arena modelado por la princesa Sītā en Rameswaram; como objeto de adoración del propio dios Brahmā en Tirupattur; o como símbolo divino sobre el samādhi (o tumba) de Sri Swami Premananda, en su áshram cerca de Trichy.
Como parte de nuestro recorrido haremos una estadía en el Sri Premananda Ashram, donde hay un pequeño y hermoso templo a Śiva y, más importante, donde se encuentra el samādhi de Swami Premananda, el maestro hindú de Naren. Durante esa estancia podremos asistir y participar en rituales tradicionales hindúes, hacer servicio comunitario, conocer el modo simple en que se vive en un áshram tradicional y beneficiarnos de la energía de un lugar especial donde por años vivió un genuino mahātma (“gran alma”) o sabio espiritual.
Esta peregrinación es una oportunidad única de conocer la India auténtica y tradicional, aunando el conocimiento teórico de las Escrituras con la aplicación práctica de sus enseñanzas en el mismo lugar donde se manifestaron por primera vez.
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DESTACAMOS
Un peregrinaje no es mero turismo ni tampoco una excursión de aventura, sino que se hace por profundos motivos espirituales o, dicho con otras palabras, con la intención de entrar en contacto con una dimensión sagrada de la existencia. Evidentemente, la vida puede ser sagrada en cualquier parte, en nuestra propia casa, y el sentido de visitar un lugar con especial energía es recordarnos esa verdad. Mientras que en nuestra casa a menudo caemos en patrones y hábitos que nos causan sufrimiento, cuando peregrinamos con sinceridad a sitios sagrados a los que, antes de nosotros, miles (o millones) de personas también han dirigido su devoción, tenemos la gran posibilidad de recibir una experiencia que alimente nuestro anhelo por lo Supremo y amplíe nuestro entendimiento vital.
Tradicionalmente, un peregrinaje es una empresa que implica esfuerzo y un buen grado de austeridad. Para recibir la gracia de las fuerzas superiores es requisito estar “liviano de equipaje”, lo cual implica una vida sencilla con la mente enfocada en ideales elevados. Por ello, en nuestra peregrinación buscaremos minimizar los lujos y sofisticaciones del mundo moderno para poner centrarnos en la pompa de la Naturaleza, en la magnificencia de las enseñanzas tradicionales y en la suntuosidad de la vida interior. ¡Qué nadie se asuste! Nuestro peregrinaje no fomenta la incomodidad ni el sacrificio, sino más bien una actitud de simpleza y receptividad a la esencia verdadera. Por supuesto, también habrá espacio para el descanso, probar la comida local o regatear en el mercado.
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Los Yoga Sūtras son el texto fundacional de la escuela filosófica que se denomina Yoga, y que hoy también denominamos Rāja Yoga o “yoga del control mental”. Los Sūtras son el colofón literario de siglos de desarrollo y práctica en la ciencia que actualmente llamamos “meditación”. El Yoga Sūtra a veces es catalogado como un texto psicológico porque describe en detalle el funcionamiento de la mente y porque su objetivo básico es obtener una concentración mental refinada. Para lograr esa calma mental, el texto ofrece diferentes métodos preliminares, de los cuales el más famoso y exclusivo es el aṣṭāṅga yoga o “camino de los ocho pasos”.
Un sūtra es un estilo literario que se suele traducir como “aforismo” debido a que se trata de sentencias breves que economizan recursos lingüísticos, pero expresan mucho contenido. Para ser entendidos correctamente, los sūtras tradicionales requieren de un comentario o de una explicación adicional por parte de un maestro autorizado. Los Yoga Sūtras se componen de unos 195 aforismos. La concisión y la exposición del texto, sumados a su antigüedad, han mantenido a los Yoga Sūtras como un importante texto de referencia y comentario durante los últimos 1500 años. Se trata de una obra de estudio obligado para los practicantes de yoga.
En nuestro peregrinaje, Naren Herrero guiará sesiones diarias de estudio de Yoga Sūtras en las que, siguiendo el método tradicional, recitaremos los sūtras, los analizaremos y los debatiremos. Además del aspecto psicológico, estudiaremos los niveles cosmológico, metafísico, filosófico y ético que subyacen al texto clásico. Todo este estudio teórico será complementado con la práctica de técnicas de concentración mental y meditación.
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Patañjali es el nombre del autor de los Yoga Sūtras y esta es una de las pocas certezas que tenemos sobre él a nivel histórico. Lo que sí sabemos es que él no “inventó” el Yoga, ni es su fundador, sino que fue quien compuso y divulgó los Sūtras, dando orden a una metodología más antigua. Patañjali es considerado un gran sabio y para la visión tradicional hindú es el autor de otras dos grandes obras, además de los Yoga Sūtras: un reputado y clásico comentario sobre gramática sánscrita y un tratado sobre Āyurveda, la ciencia de la vida y la salud. Esta triple autoría encarnaría el ideal del yoga para cualquier ser humano. Es decir, cuidado y dominio de mis acciones (medicina); corrección y utilidad de mis palabras (gramática); sumados a control y consciencia de mis pensamientos (psicología).
Para la tradición tamil, típica del sur de la India y muy poco estudiada en Occidente, Patañjali es uno los 18 siddhas o “sabios consumados”, un grupo de personas que han alcanzado la máxima iluminación espiritual y que conjugan conocimientos de medicina, alquimia y Yoga. Si bien la versión académica especula que Patañjali vivió en el norte de la India, es en el sur donde encontramos dos templos que dicen acoger el samādhi del respetado sabio.
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Samādhi, en términos de meditación, se refiere al estado más refinado de concentración mental y, por otro lado, cuando un yogui o una persona santa muere se dice que ha alcanzado el samādhi, también conocido como jīva samādhi (“samādhi del ser encarnado”) o como mahāsamādhi (“gran samādhi”), lo cual es una forma de decir que su alma se funde con lo Supremo de forma total y definitiva, ya no limitada por el cuerpo. Por esto mismo, samādhi o mahāsamādhi o jīva samādhi es el nombre que se da al sitio donde se entierra el cuerpo físico de una persona santa. Es decir, lo que para una persona normal sería una simple tumba, tiene otro estatus tratándose de un sabio consumado, ya que se considera que tales lugares tienen una energía espiritual muy poderosa.
En Tamil Nadu cada templo tiene un samādhi, muchas veces poco conocido, y en nuestro peregrinaje iremos personalmente a los dos samādhis de Patañjali a buscar pistas, pero sobre todo a contemplar y meditar envueltos en su potente energía. Asimismo, iremos al Sri Premananda Ashram donde se encuentra el mahāsamādhi de Swami Premananda, que abandonó su cuerpo en 2011 y cuya energía se puede percibir fuertemente en el bonito templo a Śiva que da vida al retiro espiritual donde meditaremos, presenciaremos rituales y cantaremos.
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Śiva significa “favorable” y es el nombre hindú más usado para referirse a la fuerza suprema que se encarga de destruir la ignorancia de quienes somos en realidad y de transformar nuestras percepciones y hábitos automáticos para llevarnos de regreso a nuestra esencia. Tradicionalmente, Śiva se considera el primer yogui y la deidad que transmitió las enseñanzas del haṭha yoga al plano humano. En los textos histórico-mitológicos que sustentan el hinduismo popular moderno, Śiva es presentado como la tercera parte de una tríada divina, en la que ejerce el rol de destructor del universo, mientras que Brahmā es el creador y Viṣṇu, el preservador. De todos modos, para diversas escuelas filosóficas hindúes, Śiva es considerado como el solo encargado de las tres etapas del ciclo completo y, en este sentido, su nombre es sinónimo del Absoluto impersonal.
El estado sureño de Tamil Nadu, foco de nuestra peregrinación, fue fundamental en el desarrollo de la tradición devocional india, especialmente gracias a un grupo de 63 santos-poetas medievales muy devotos de Śiva, que todavía hoy son muy reverenciados. Desde esta perspectiva se podría decir que Tamil Nadu es territorio de Śiva. De hecho, muchos de estos poetas y también siddhas como Patañjali, están relacionados con Śiva Naṭarāja, el aspecto danzarín de lo Supremo, que tiene su centro de adoración más importante en la ciudad de Chidambaram, por donde pasará nuestro peregrinaje. La tradición cuenta que en Chidambaram Śiva realizó su danza cósmica, que crea, sostiene y destruye el mundo. En la mayoría de los templos shivaítas de la India se adora a Śiva en la forma de un śivaliṅgam, que literalmente significa “símbolo de Śiva” y es el nombre que se le da a la imagen más minimalista y neutra que existe para representar la energía suprema, infinita e indescriptible de lo Absoluto. El śivaliṅgam tiene la forma de un huevo o de una elipse y es la imagen sagrada que los templos shivaítas albergan en sus altares. Pero en Chidambaram es diferente y todo el énfasis está en la naturaleza danzante de Śiva, que es lo mismo que decir en la naturaleza cambiante, imprevisible y dichosa de este universo. Aquí también hay rastros de la poco estudiada relación de Patañjali con Śiva Naṭarāja.
En la ciudad de Tiruvannamalai, en cambio, la energía de Śiva se presenta como śivaliṅgam y especialmente como la sagrada montaña llamada Arunachala, que es el eje alrededor del cual respira la pequeña urbe, famosa también por albergar el áshram de Ramana Maharshi, probablemente el sabio espiritual hindú más reconocido del siglo XX, sobre todo en relación con el camino del conocimiento o jñāna yoga. Mientras que en la tradición más extendida se sabe que Śiva reside en el Himalaya, al norte del país, en Tiruvannamalai Śiva no reside en la montaña, sino que es la propia montaña.
Un poco más al sureste, en la isla de Pamban, donde se encuentra el pueblo de Rameswaram, Śiva es el núcleo de adoración del templo más hermoso y espectacular del sur de la India, donde se encuentra uno de los jīva samādhi del siddha Patañjali. De las cuatro ciudades más sagradas para el hinduismo en toda la India, una en cada punto cardinal, Rameswaram es la que ostenta esa categoría en el sur. Se trata de una pequeña isla alejada apenas 2km del continente índico y unos 40km de Sri Lanka. Según las historias sagradas hindúes, Rameswaram es el lugar donde el mismo príncipe Rāma, un avatāra o encarnación terrenal del dios Viṣṇu, oró y adoró a Śiva como forma de absolver sus faltas después de haber matado al malvado Rāvaṇa, que era un demonio, pero también era devoto de Śiva y un brahmán o miembro de la casta sacerdotal. La mejor forma de complacer a Śiva era instalando un śivaliṅgam, pero como no había uno a disposición y no había tiempo que perder, la princesa Sītā modeló uno con sus propias manos usando la arena de la playa. Y es que Rameswaram está en la costa. De hecho, en esa misma costa, en otro punto de la isla, fue donde la historia cuenta que Rāma y el ejército de monos construyeron el puente con el que cruzaron a la isla de Lanka para vencer a Rāvaṇa. Estas hermosas historias las conoceremos en detalle durante la peregrinación.
En la pequeña y desconocida aldea de Thirupattur, en el profundo Tamil Nadu, existe un templo dedicado a Śiva que es muy particular por dos motivos: por un lado, allí se encuentra el segundo jīva samādhi del siddha Patañjali y, por otro, hay un altar que alberga una imagen del dios Brahmā, considerado el encargado de la creación y expansión material del mundo. Por motivos mitológicos, históricos y espirituales que conoceremos en la peregrinación, Brahmā, a pesar de ser el “creador”, no recibe casi culto entre los seguidores del hinduismo y solo existen unos pocos templos en su nombre en la India. En el caso de Thirupattur, la historia cuenta que, para enmendar ciertas faltas, el propio dios Brahmā instaló y adoró los 12 śivaliṅgam que se encuentran en el templo. Y no solo eso, sino que en uno de los altares reside una imagen del propio Brahmā sentado en postura meditativa sobre una flor de loto, lo cual no es habitual. La imagen sagrada es adorada por los devotos porque se dice que su bendición, en la condición de Creador, puede cambiar aspectos negativos de nuestro destino.
La importancia de Śiva y su culto tienen su apogeo en la festividad tradicional de Mahaśivarātri, la celebración hindú más importante en honor a Śiva, el dios de la transformación y del Yoga. La festividad sucede uno o días antes de la Luna nueva de febrero, cuando la poca luz exterior hace propicia la práctica de introspección y de conexión con el aspecto más silencioso de nuestro ser. La tradición explica que, en esa noche particular, la energía que Śiva representa está especialmente disponible. Y nuestra intención es aprovechar al máximo esa oportunidad. La manera tradicional de celebrar Mahaśivarātri es pasando la noche despiertos, recitando mantras, cantando, meditando, peregrinando alrededor de la montaña sagrada, participando en rituales, todo con un espíritu de alegría. En general no se ingieren alimentos durante la noche de vigilia para así estar más receptivos y conscientes de las fuerzas sutiles que nos rodean. En nuestro peregrinaje podremos participar de este gran evento como el cierre de una experiencia de profundización y transformación interior. Si la gracia de Śiva lo permite, claro.
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01/28
DIA 1
VUELO INTERNACIONAL
Salida en vuelo regular con destino Chennai. Llegada al aeropuerto de Chennai y traslado a un alojamiento cercano al Aeropuerto.
DIA 2
PONDICHERRY
Nuestra primera parada será en Pondicherry, antigua colonia Francesa, donde además de aclimatarnos y empezar con las sesiones teóricas de nuestro curso de Yoga Sūtras de Patañjali, visitaremos el ashram de Sri Aurobindo meditando en el Samadhi donde están enterrados sus restos y donde todos sus devotos se sientan a diario a meditar percibiendo la energía de ese lugar de paz.
DIA 3
CHIDAMBARAM
Traslado a Chidambaram donde visitaremos el templo de Naṭarāja, donde Śiva realizó su danza denominada tāṇḍava, la danza que define la fuente de todo el proceso cósmico de creación, mantenimiento y destrucción. Allí, en el mismo Templo, realizaremos la sesión de nuestro curso de Yoga Sūtras de Patañjali, meditaremos en alguna de las estancias del templo y ya de tarde nos desplazaremos hacia nuestro siguiente destino, el Ashram de Sri Premananda.
DIAS 4 y 5
SRI PREMANANDA ASHRAM
Pasaremos dos días en este remanso de paz asistiendo a las ceremonias tradicionales que cada día se ofician en el templo, visitaremos la escuela y el orfanato y nos embeberemos de la energía espiritual de este espacio santificado por la presencia de un gran maestro como Swami Premananda. Realizaremos una excursión para visitar Templo de Brahmapurishvarar donde visitaremos otro de los Samadhis de Patañjali.
DIAS 6 y 7
MADURAI - RAMESWARAN
Camino de Rameswaran pararemos en la ciudad de Madurai donde visitaremos el templo de Sri Meenakshi, uno de los 5 templos más importantes de todo Tamil Nadu dedicado al dios Siva y su consorte Parvati. Llegaremos ya de noche a la ciudad de Rameswaran donde al día siguiente, bien temprano, nos dirigiremos al templo para realizar los 22 baños sagrados, el ritual por excelencia de todos los peregrinos hindúes que se acercan a esta ciudad sagrada.
Ya de noche cogeremos un tren nocturno que nos llevará a Tiruvannamalai y su montaña sagrada Arunachala.
DIAS 8, 9, 10 y 11
TIRUVANNAMALAI
Conoceremos el Ashram del Sri Ramana Maharsi, el gran maestro de la India del Gnana Yoga. Asistiremos a los cantos devocionales que cada tarde se realizan alrededor del Samadhi de Ramana viviendo en primera persona el Bhakti Yoga, el Yoga del corazón, pura devoción manifestada en canto. Un lugar propicio para experimentar el silencio interno en nuestra meditación, uno de los Ashrams más puro y genuíno de toda la India donde cada día cientos de devotos se dan cita para realizar sus prácticas.
Visitaremos las cuevas en la montaña sagrada Arunachala donde Sri Ramana Maharsi estuvo durante años en estado de completo silencio y meditación. Visitaremos un proyecto social destinado a acoger mujeres viudas y conoceremos toda la estructura de esta obra que se dedica a la ayuda de mujeres desfavorecidas. Visitaremos el mercado de verduras y los distintos mercados situados alrededor del templo de la ciudad, adentrándonos en la vida cotidiana de la auténtica india. Comeremos una comida típica del sur de la India en un restaurante de la ciudad.
Celebraremos Mahasivaratri, la festividad más importate dedicada al dios Siva, a la forma tradicional en estas tierras que consiste en iniciar una Pradakshina (circunvalación) recorriendo la infinidad de pequeños templos que rodean la montaña, cantándole a Siva andando entre cientos de peregrinos y entre los venerados Sadhus de la India, ascetas o renunciantes de la vida material que practican la vida contemplativa, finalizando el recorrido en el templo de Sri Arunachaleswarar, uno de los más grandes templos de toda la India dedicado a Siva y situado en el centro de la ciudad de Tiruvannamalai.
DIA 12
VUELO INTERNACIONAL DESDE CHENNAI
Ya de madrugada cogeremos el vuelo Internacional de vuelta.
La montaña sagrada Arunachala, situada en la ciudad de Tiruvannamalai, es considerada como la manifestación física del dios Śiva, el divino bailarín, el transmutador del ego, el gran Señor del Universo. Lugar de peregrinación y devoción para los indios durante miles de años, concentra una intensa actividad espiritual, con peregrinaciones en masa cada luna llena y con especial actividad en la gran noche de Mahaśivarātri.
Hay muchos sitios sagrados en la India, pero las personas de esta tierra dicen que solo con pensar en Arunachala uno puede alcanzar la completa liberación. Este poderoso centro energético, adorado durante miles de años como manifestación física de Śiva, ha sido – y todavía es - el lugar donde muchos santos y maestros han vivido alrededor de la montaña, considerándola como su Guru y como una guía inestimable para la búsqueda del verdadero Ser.
La historia sagrada cuenta que, en tiempos antiguos, Śiva apareció en el bosque del actual Chidambaram para poner a prueba de forma juguetona a un grupo de sabios, muy austeros y disciplinados. Śiva apareció en la forma de un mendigo desnudo y bailando, yendo en contra del supuesto orden social y tentando a las esposas de los sabios. Los sabios se enfadaron mucho e intentaron, con sus poderes yóguicos, detener, maldecir y aniquilar a Śiva. Pero en vano. Entonces, los sabios se dieron cuenta de que sus poderes eran nada comparados con la potencia divina de Śiva y se entregaron a su gracia.
La danza que realizó Śiva se denomina tāṇḍava y es un baile frenético en estado de éxtasis que se considera la fuente de todo el proceso cósmico de creación, mantenimiento y destrucción, incluyendo también los procesos de ocultación y revelación por los que pasa todo ser humano en su camino de reconocimiento espiritual. Esta danza está representada en el templo de Naṭarāja a través de bajorrelieves y esculturas que forman la base de la danza tradicional india llamada Bhāranāṭyam. En el altar principal del templo se encuentra la imagen sagrada de Śiva Naṭarāja, un ícono hindú muy difundido que actualmente se ve en tiendas de artesanías, restaurantes indios y hasta en el patio del CERN (Centro Europeo de Investigación Nuclear) en Ginebra.
En el templo de Chidambaram tendremos la oportunidad de conocer el lugar exacto donde este culto surgió, imbuirnos de su energía, e ir más allá de la mera difusión popular de una imagen que tiene altos componentes estéticos y simbólicos pero que además nos ofrece una puerta hacia la trascendencia.
Para llegar al sagrado pueblo de Rameswaram hay que atravesar un largo puente sobre la Bahía de Bengala, pues este destacado sitio se encuentra en una pequeña isla, el punto geográfico indio más cercano a la isla de Sri Lanka. Según las historias sagradas, desde su costa el dios mono Hanumān dio un increíble salto hasta Lanka pata buscar a la princesa Sītā, que había sido raptada por un demonio. Y también en estas costas se construyó el puente para cruzar todo el ejército de monos y osos que acompañaba al príncipe Rāma en su expedición de rescatar a Sītā. De hecho, en la isla se encuentran diferentes sitios sagrados que recuerdan algunas de estas proezas tan aceptadas en otros tiempos. Al volver de Lanka y de vencer al demonio, Rāma quiso propiciar a Śiva instalando un śivaliṅgam pero no había ni siquiera un piedra para ofrecer. Entonces fue cuando la princesa Sītā modeló un liṅgam con arena, que se dice es el mismo que está ahora en el altar principal del templo de Ramanathaswamy.
Se trata de un templo de gran belleza estética que, además, tiene el corredor más largo de entre todos los templos de la India. La visita a Rameswaram es un punto obligado para los devotos hindúes, pues se considera una de las cuatro ciudades más sagradas de todo el subcontinente índico. El punto más destacado para los peregrinos es el baño ritual en los 22 pozos o tanques de agua sagrada conocidos como tirthas, de los cuales el primero es el propio océano enfrente del templo. Dentro del templo esos tirthas se presentan como pozos, tanques o aljibes de agua y generalmente el visitante no se mete en ellos, sino que la persona encargada vierte sobre la cabeza y el cuerpo del peregrino un cubo de agua sagrada. En nuestra peregrinación podremos hacer esta tradicional práctica devocional. Sin olvidar la visita para honrar el samādhi del sabio Patañjali, que también se encuentra en el templo.
Swami Premananda nació en 1951 en Sri Lanka y allí comenzó su misión espiritual y también caritativa, hasta que en 1983 estalló en ese país una guerra civil con graves disturbios por problemas religiosos y étnicos, al punto de que su áshram cingalés fue quemado. Entonces Swámiji se trasladó al sur de la India junto con algunos devotos y niños del orfanato que ya llevaba adelante en Sri Lanka. En 1989 se inauguró oficialmente el Sri Premananda Ashram, a unos 20 km al sur de la mediana ciudad de Tiruchirappalli (popularmente conocida como Trichy). En origen, el áshram era un terreno árido, estéril y lleno de arbustos espinosos y fue solo después de mucho trabajo que tomó la forma actual que, a pesar de su sencillez, está lleno de árboles y vegetación con construcciones adecuadas a las necesidades de sus habitantes.
El áshram alberga un escuela y un orfanato con alrededor de 300 niños y niñas de condiciones socioeconómicas poco favorables. El 90% de estos niños residen de forma permanente en el áshram durante la época escolar y solo visitan a sus familias en periodos de vacaciones. Hay una minoría de estos niños que no tienen ningún tipo de familia y entonces el áshram se hace cargo de su cuidado al completo. La totalidad de los niños realizan todas sus comidas en el áshram, que les provee educación, techo, alimentación y también atención sanitaria en un pequeño hospital.
En el áshram hay una comedor comunitario (dharmasala), una sala de rituales (pūjā hall), una biblioteca, dormitorios comunitarios para los niños y niñas, casas particulares, habitaciones para visitantes, muchas plantaciones de árboles y vegetales y grandes extensiones de terreno.
El corazón del Sri Premananda Ashram es el hermoso templo Sri Premeshvarar, dedicado a Śiva, y que fue planeado por el propio Swami Premananda antes de abandonar su cuerpo físico en 2011. De hecho, cuando Swámiji dejó el cuerpo su mahāsamādhi fue establecido en el templo, debajo del śivaliṅgam en el altar principal. Un ritual tradicional de lavado de la imagen sagrada que se denomina abhiṣekam se realiza cada mañana en el templo y al atardecer se realiza otra pūjā o ritual, incluyendo cantos devocionales tradicionales del sur de la India. Dentro del templo hay además un altar con una pequeña estatua de Swámiji y diferentes imágenes de deidades y santos tamiles. En nuestra peregrinación podremos asistir a estas ceremonias tradicionales en el templo, recorrer el áshram, visitar la escuela y el orfanato y embebernos de la energía espiritual de un espacio santificado por la presencia de un gran maestro como Swami Premananda.
A unos 30 km al norte de Trichy, en la poco conocida aldea de Thirupattur existe un templo a Śiva que está asociado con el dios Brahmā y que tiene la particularidad de contar con un altar y una imagen sagrada para el dios creador. Las historias sagradas cuentan que Bhramā solía tener cinco cabezas, pero perdió una a manos de Śiva por un pecado de soberbia. También perdió su poder creador. Buscando absolución, Brahmā visitó diferentes sitios sagrados y cuando llegó al templo de Thirupattur instaló 12 śivaliṅgam y adoró a Śiva por largo tiempo. Complacido por su devoción, Śiva se manifestó y liberó a Brahmā de su castigo para que tuviera otra vez capacidad de crear. Por ello, se dice que Brahmā tiene el poder de cambiar el destino negativo de quienes lo adoran en ese templo particular. Su imagen sagrada tiene casi dos metros de alto, cuatro cabezas, y está sentada en una flor de loto. En este templo también se encuentra el otro samādhi de Patañjali que existe en el sur de la India.
En nuestra peregrinación podremos visitar este lugar fuera de toda ruta turística, en un entorno rural y con la atmósfera de la India auténtica.
Nuestro amor por India nos llevó a vivir y peregrinar por este increíble país. Conocimos muchos maestros espirituales, muchas filosofías, algunos seres iluminados y muchas fueron las vivencias que nos hicieron crecer, aprender, sentir, experimentar y amar esa realidad tan distinta a la que nos rodea en occidente, esa realidad que nos conectada con lo más profundo de nuestro ser.
Desde ahí surgió la iniciativa de brindar ese espacio de crecimiento y aprendizaje que nos dio la India a todos aquellos que no pueden viajar largas temporadas... "no te preocupes por nada, nosotros nos encargamos de todo... tú dedícate a vivir la experiencia y a crecer con lo que te está sucediendo."
Profesor de Kundalini Yoga, profesor de Yoga Restaurativo y Yoga Terapéutico, Profesor de Meditación Mindfulness, soy músico, masajista, diseñador gráfico, fotógrafo, etc... y al mismo tiempo no soy nada de todo eso, simplemente trato de ser ese espacio de vacío donde la vida se manifiesta a través de mí en formas diferentes.
Me formé como diseñador gráfico y durante muchos años mi vida estuvo relacionada con la creatividad artística dentro del mundo de las artes plásticas. Tras una profunda inmersión en el mundo del yoga continué mi búsqueda a través de la danza, la música y distintas expresiones artísticas.
Paralelamente surgió la llamada de la madre India, donde inicié una peregrinación que duró años de contacto profundo con maestros espirituales, maestros de meditación, monjes budistas, estudio de filosofías, prácticas intensivas, etc... y la profundización que esta tierra me dio hacia la búsqueda de la pregunta inicial: “Quien soy yo”
He vivido los últimos 10 años en India donde no he dejado de aprender de esta tierra que tanto amo.
Naren Herrero (1979) nació en Argentina en una familia de yoguis. Después de licenciarse en periodismo vivió en diferentes países hasta asentarse en Barcelona donde se convirtió en periodista y escritor especializado en Yoga y filosofía de la India.
Naren es el creador de la web www.hijodevecino.net que ha estado en línea por más de diez años y se ha convertido en una fuente de referencia para muchos lectores hispanos.
Naren es formador de profesores y dicta cursos de historia y filosofía y mitología del Yoga en España, México y Londres, combinando su respeto por la antigua tradición yóguica con la necesidad de actualizar las enseñanzas para un público occidental moderno. Es profesor certificado de Dharma Yoga (200hs) y a la fecha ha publicado tres libros, todos relacionados con la India y sus enseñanzas (Diario de viaje espiritual de un hijo de vecino; Kumbha Mela; Hinduismo para la vida moderna).
Está casado y tiene dos hijas.
El viaje fue un encuentro conmigo misma a través de los templos, de los colores, de los sabores e incluso de los calores! Sofocados al final del día en las piscinas de los hoteles. Qué placer!!! Del yoga matutino, del compartir, de los bailes… El samadhi de Aurobindo y la Madre me emocionó, la noche estrellada en la cima de Arunachala con
El viaje fue un encuentro conmigo misma a través de los templos, de los colores, de los sabores e incluso de los calores! Sofocados al final del día en las piscinas de los hoteles. Qué placer!!! Del yoga matutino, del compartir, de los bailes… El samadhi de Aurobindo y la Madre me emocionó, la noche estrellada en la cima de Arunachala con su potente energía y la guinda del viaje fue abrazar a Amma en su ashram. Volví con el corazón calentito. Un viaje muy distinto a lo convencional, de lugares mágicos, de pura realidad sin filtros, de compartir, cercano…. Gracias Milindias.
Cantamos, reímos, pudimos debatir sobre todo lo que íbamos experimentando. Tuvimos muy pocos momentos de flaqueza, casi ni los recuerdo. Dani era uno más del grupo. Cada día estaba pensado con mucha ilusión y lleno de detalles que contribuían a conocer una parte muy verdadera de la India tan difícil de descubrir en un viaje convencional.
Cantamos, reímos, pudimos debatir sobre todo lo que íbamos experimentando. Tuvimos muy pocos momentos de flaqueza, casi ni los recuerdo. Dani era uno más del grupo. Cada día estaba pensado con mucha ilusión y lleno de detalles que contribuían a conocer una parte muy verdadera de la India tan difícil de descubrir en un viaje convencional. Tengo la sensación de ser más que privilegiada al haber vivido una experiencia tan profunda aprovechando al máximo el tiempo que teníamos, gracias a la preparación y experiencia que tienen los chicos de Milindias.
Emprendí este viaje llena de ilusión y con unas ganas tremendas de descubrir un nuevo mundo, pero nunca imaginé que ese nuevo mundo iba a hallarlo en mi interior. Me descubrí vulnerable y encontré dentro de mi a una niña pequeña que no dejaba de patalear y llamar mi atención. Aprendí a abrazarla, a quererla y a consolarla. Me vi sentada e
Emprendí este viaje llena de ilusión y con unas ganas tremendas de descubrir un nuevo mundo, pero nunca imaginé que ese nuevo mundo iba a hallarlo en mi interior. Me descubrí vulnerable y encontré dentro de mi a una niña pequeña que no dejaba de patalear y llamar mi atención. Aprendí a abrazarla, a quererla y a consolarla. Me vi sentada en templos inmensos, caminé descalza sin importarme lo más mínimo ensuciarme los pies, el sudor empapaba mi piel la mayor parte del tiempo y la comida picaba como si estuviera comiendo fuego. Y aún así volvería a vivir aquella experiencia mil veces con los ojos cerrados.
1.300 EUROS + VUELO INTERNACIONAL
200 EUROS
Se deberá hacer una paga y señal de 500€ por persona en el momento en el que se confirme este presupuesto por parte del cliente. Esta paga y señal te da derecho a participar en el viaje y en ningún caso es reembolsable. El resto se pagará un mes antes de la fecha de salida.
18 PERSONAS
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